Terror y Miseria del III Reich

De Bertolt Brecht

Lo que fuimos y lo que somos

Una vez alguien me dijo que lo maravilloso del teatro es que nos cuenta la historia desde el punto de vista de quienes la vivieron.

Si algo tiene Terror y Miseria del III Reich, es que presenta a la perfección la atmósfera de una época: un punto de inflexión en la concepción del mundo globalizado, donde se fraguó una de las más impresionantes historias de perversión de lo humano.

Desde siempre me ha llamado la atención todo lo relacionado con la Segunda Guerra Mundial. Viví incluso dos años en Alemania. He interpretado como actor a nazis, a familiares, a judíos… porque mi peripecia actoral me llama una y otra vez a esta época. Quizá por eso le tenía un cierto respeto a este texto.

Sin embargo, gracias a un grupo comprometido, me he lanzado a contaros lo que yo veo en él. Y, desde luego, si algo veo —más allá de buenos y malos— es que no estamos exentos de convertirnos en una sociedad como la alemana de aquel entonces, ni de permitir lo que se permitió. Siempre tengo la sensación de que todos los que estamos hoy aquí, quizá, en las circunstancias de hambre y pérdida de valores tras la Primera Guerra Mundial, podríamos haber sido parte de ese caldo de cultivo.

Por eso, en tiempos de extremismo social, deportaciones masivas, guerras autárquicas o corrupción judicial, tenemos que ser más conscientes que nunca.

El pasado es el legado que dejamos. El futuro, lo que hacemos con lo que hemos aprendido.

— David Alonso, director de la obra