Todavía recuerda cuando bailaba Tom Jones mientras daba sus primeros pasos, cuando iba a veranear y escuchaba Metallica en el coche y los karaokes en familia versionando a Alejandro Sanz.

Laura recibió su nombre por la canción del grupo Tennessee. La joven madrileña creció rodeada de diferentes géneros musicales pero no es hasta su adolescencia cuando se interesa por aprender a tocar el ukelele y más tarde la guitarra acústica para empezar a versionar a sus referentes del mundo del pop.  

Una noche de julio decide participar en su primer micro abierto, que hizo que despertase aún más su interés por la música acústica. Tras varios meses acudiendo cada noche, decide subirse al escenario de la sala Vesta a realizar su primer concierto en la capital con temas propios y versiones de diferentes artistas que le han inspirado hasta día de hoy.